Le atendió Ramiro B (47)

Carmen Lázaro sigue dudando. Finalmente decide que nada pierde por llamar y, según lo que oiga al otro lado de la línea telefónica, colgar y olvidar ese número. Incluso arrojar el libro en el que lo ha encontrado a un contenedor si es preciso.

Marca y espera. Un tono, dos, tres. A punto está de colgar. Cuatro, cinco. Suena una voz metálica.

“Soy Manuel y en este momento no puedo atenderte. Por favor, deja tu mensaje después de escuchar la señal. Ah, y si eres Carmen, no olvides decirme cuándo quieres que nos veamos en la librería”.

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Al oír su nombre, Carmen no tiene tiempo de colgar como es debido. Simplemente el teléfono se le escapa de las manos por la sorpresa, choca contra el suelo y se le sale la tapa posterior.

Cuando quiere reaccionar, agacharse y recoger el móvil, comprueba que se ha desconectado con el golpe. Lo deja sobre un estante, se lava la cara, vuelve a sentarse sobre el inodoro y trata de montar de nuevo el aparato. Cuando lo consigue, enciende el aparato. Introduce el PIN y vuelve a marcar.

Ha decidido dejar grabado un mensaje.

Lee esta historia desde el principio en la etiqueta ramiro b

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