Carter & West, el comienzo de una gran amistad (o lo que surja)

carter westDejó escrito Raymond Chandler en El simple arte de matar: “Hammett extrajo el crimen del jarrón veneciano y lo depositó en el callejón; no tiene por qué permanecer allí para siempre, pero fue una buena idea empezar por alejarlo todo lo posible de la idea de una Emily Post acerca de cómo roe un ala de pollo la debutante bien educada”.

Y acabó así Hammett, de un plumazo, con la imperante hegemonía europea en lo que a matar literaria y elegantemente se refiere, convirtiendo a los USA en potencia mundial también es esta materia pero prescindiendo de lo elegante y centrándose en lo de matar. Sin más. Sin menos.

Un siglo este último en el que el género criminal ha ido saltando de un lado al otro del Atlántico pero manteniendo -con matices, cada vez con más matices- esas bases fijadas por Hammett pero con algunas excepciones como la sueca Maria Lang, quien allá por los años cincuenta recuperó el gusto por lo victoriano aportando, eso sí, algo más de suciedad a las tramas, personajes y escenarios en las novelas protagonizadas por la encantadora Puck Bure.

Y ya lo dijo Chandler en el párrafo copiado al inicio de este texto: “(el jarrón veneciano)… no tiene por qué permanecer allí para siempre”. Así que llega ahora una española, Ana Bolox, profesora de idiomas -entre ellos el inglés, off course-, traductora y dedicada entre otras cosas a impartir talleres de novela policíaca, y no se le ocurre otra cosa que volver a los orígenes, a ese modo de hacer el mal con buenos modales, con la limpieza y clasismo que caracterizaron a las novelas de Agatha Christie, Dorothy L. Sayers o Gilbert Keith Chesterton, con sus doncellas, sus sires y sus lores, sus agentes del Yard y sus aficionados o aficionadas al simple arte de investigar, si bien actualizando la fórmula en algunos aspectos no poco importantes, por ejemplo en el papel mucho más protagónico que se atribuye a las mujeres en el caso que nos ocupa frente a su carácter subordinado fundacional -excepción hecha de Miss Marple, claro, pero es que la Marple es mucha Marple.

Así, en Carter & West, Ana Bolox se sirve de un relato breve que funciona a modo de introducción de algunos de los personajes y otros dos relatos más extensos -unas 100 páginas cada uno de ellos- para trasladarnos a un exquisitamente descrito Londres de mitad de los años cuarenta -recién finalizada la II Guerra Mundial- y presentarnos, entre otros, a Charles Carter, expiloto de la RAF, exagente del MI5 y actualmente detective de Scotland Yard con aspiraciones a convertirse en detective. ¿Su cometido? Investigar el robo de unos documentos vitales para la seguridad del Reino Unido mientras trata de salvar las trampas que le tiende la primera de las mujeres de armas tomar a las que deberá enfrentarse en su carrera, Laura Craddock, en un intrigante relato –Aracne– que nos anuncia que la Guerra Fría está a punto de comenzar.

Pero la guinda a tan suculento pastel la coloca Bolox en el segundo relato largo del libro, La muerte viene a cenar, en el que pone sobre el asador todos los clichés del género -el envenenamiento, la habitación cerrada, las coartadas perfectas- para investigar la muerte de un escritor de éxito que no atraviesa su mejor momento creativo, introduciendo en la vida de Carter a las dos mujeres que tienen el aspecto de volverle loco en futuros casos: su secretaria, la mordaz y vuelta de todo Miss Yeats; y la directora de la agencia Lopper de mecanógrafas y a la sazón admiradora de la obra de tía Agatha, Katherine West, mujer de rompe y rasga, independiente, descarada y segura de sí que funciona como un complemento perfecto de quien en principio parece ser el protagonista de la serie. Pero que no se descuide Carter, que las pelirrojas pisan fuerte -y aquí me resulta imposible pensar en Kate West y no acordarme de la Mary Kate Danaher de El hombre tranquilo si bien algo menos temperamental- y ésta le puede robar la cartera a poco que se descuide.

Tres historias independientes pero con un hilo conductor que las une, muy bien tramadas, exquisitamente contadas, elegantes en su redacción y que mantienen la intriga -tan importante en este género nuestro- hasta el desenlace. Tres historias con las que he disfrutado más que cuando, a finales de los setenta del siglo pasado, me enfrenté a mis primeras lecturas christianas -que siempre consideré un tanto obsoletas- y que, espero, supongan el comienzo de una larga amistad -o lo que surja- entre estos Carter y West que, desde ya, pasan a formar parte de mi fichero de personajes de especial seguimiento.

Carter & West

Ana Bolox

Medianoche Editorial

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