Cosas de la globalización

Remzi Únal fue piloto de las Fuerzas Aéreas. Le expulsaron. Luego trabajó como piloto comercial. Le echaron. Actualmente se contenta con manejar los mandos de su Cessna Skylane virtual en su juego de ordenador preferido mientras, de vez en cuando, ejerce como detective privado. Y aprovecha, de paso, para mostrarnos una Estambul volcada en el fútbol, en la moda, moderna, demasiado occidental para mi gusto.

Remzi es divertido, irónico, arrojado, buena gente… Pero podríamos cambiar las calles de su ciudad por las de otra cualquiera y apenas se notaría la diferencia. Serán cosas de la globalización, pero se aprende más de Turquía de la mano de un griego como Kostas Jaritos (véase la excelente Muerte en Estambul) que en compañía de este detective que se apellida Ünal pero podría ser Spade, Marlowe, Maigret o Carvalho y -salvando las distancias- sería casi lo mismo.

A ver, que uno no es tan folclórico como para leer una novela turca y querer ver detectives con bombachos y turbantes, que tampoco los policías españoles visten de torero ni los franceses tocan el acordeón, pero me gusta viajar cuando leo, conocer otros modos de vida y, para ver lo mismo que en mi barrio, no sé si merece la pena chuparse tantos kilómetros de vuelo. En una Cessna virtual o en un avión de Iberia.

Un cadáver junto al Bósforo
Traducción: Karen Eskenazi
Celil Oker
Roca Editorial

2 comentarios sobre “Cosas de la globalización

  1. Es que una novela negra sin un poco de color local…no sé. Es el refugio del realismo y desl costumbrismo; si le quitamos estos ingredientes quizá sólo quede un plato frío y estereotipado.

  2. Es exactamente como lo dices, el resultado de la novela es como un café sin cafeína, una cerveza sin alcohol o unos huevos fritos sin mojar pan: está bien pero con poco sabor.

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