Decíamos ayer que hubo un tiempo bastante lejano (cuando todavía existía la EGB y yo era uno de sus alumnos) en el que los tipos con mallas se convirtieron en parte de mi familia, ocupando un lugar privilegiado elementos como el estudiante Peter Parker, el doctor Bruce Banner (conocido entonces como La Masa), el abogado ciego Matt Murdock (por aquel tiempo Dan Defensor, supongo que no encontraron nada que pudiera encajar mejor con la doble D entrelazada que lucía en el pecho cuando se quitaba la toga) o los chicos mutantes del profesor Xavier (entonces conocidos como la Patrulla X). Todo Marvel, como puede verse, superada casi la etapa en la que Bruguera era quien me proveía de buenos ratos a través de las historias ideadas por Ibáñez, Raf, Vázquez y compañía. Bueno, también Asterix y Tintín tenían un generoso hueco en mis estanterías, pero poco más.

Consideradas después (erróneamente) las viñetas como algo demasiado infantil, durante muchos años, muchísimos, las tuve abandonadas hasta que, curiosamente a través de la novela negra (mi siguiente y actual pasión), descubrí a gentes que, aun siendo más jovencitos que yo, ya no podía considerárseles unos niños y seguían disfrutando de los tebeos. Y si ellos lo hacían (siendo además incluso profesores de instituto o respetables trabajadores de la banca), ¿por qué no volver yo a las andadas?
Dicho y hecho: ya talludito me sumergí en una operación nostalgia sin precedentes conocidos y volví a los superhéroes clásicos (ahora en su versión Ultimate) y con nombres como Spiderman (afortunadamente hay cosas que nunca cambian), Hulk, Daredevil o X-Men; incoporé algunas cosas de la competencia (El regreso del caballero oscuro y algunos otros Batman); conocí a la encantadora Elektra de Miller y Sienkiewicz); y descubrí al increíble Alan Moore a través de Watchmen o leí por fin las historias de Spirit y otros de Eisner o el Rip Kirby, Torpedo…
En estos últimos años han ido cayendo muchos más (no siempre superheroicos, por supuesto: mención especial aquí al Strangehaven de Gary Spencer Millidge recomendado por Fran J. Ortiz de Abandonad toda esperanza), demasiados de ellos en grapas de edición quincenal o mensual, como la conocida saga galáctica que comenzó centrándose en los clásicos y más protagónicos Luke Skywalker, Leia Organa, Han Solo o Darth Vader para derivar en los (¿innecesarios?) spin off con Poe Dameron, Lando Calrisian, Obi-Wan vs Anakin… hasta convertirse en una serie interminable a la que terminas perdiendo el hilo y exclamando ¡basta ya!

Pero basta ya de series, que no de cómics, a los que pienso seguir fiel pero de un modo más coherente, renunciando a estas series que nunca acaban (excepción hecha de dos de la factoría Kirkman que no pienso abandonar: Los muertos vivientes y Ladrón de ladrones) y centrándome en volúmenes con historias completas, integrales, que pueda leer del tirón. Y un modo de hacerlo es confeccionar una lista con algunos de esos títulos que ya debería tener y que, por las razones expuestas más arriba, no llegué a comprar en su momento. Sí, ya tengo cosas como el From Hell de Moore y Campbell (brutal, por qué nadie me obligó a leerlo antes), el V de Vendetta de Moore y Lloyd, el Maus de Spiegelman o el Daredevil: Born Again de Miller y Mazzucchelli.
Así, a partir de consejos de amigos o buscando por internet, en mi lista de tebeos que todo el mundo debería leer ya están Hellboy, La liga de los hombres extraordinarios, Calvin y Hobbes, El eternauta, La vida es buena si no te rindes, Agujero negro, Torso, Criminal, Persépolis…
Faltan muchos, lo sé, pero he dicho diez en el titular de este post por decir algo, ya que pretendo que mi lista esté indefinidamente abierta para que esos diez se conviertan en 100, 1000 o 10000: no tengo prisa alguna en marchar al otro barrio y quiero disfrutar de muchas viñetas antes de que ese día llegue.
Y tú que lo veas.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...